Las empresas españolas no prestan suficiente atención a la formación, ya que apenas 1/3 de las mismas formaron a sus empleados en el año 2014, por medio del sistema de bonificaciones en las cotizaciones sociales. La cifra representa solo un 30% del total de las empresas inscritas en la Seguridad Social, un porcentaje que en 2014 descendió por tercer ejercicio consecutivo. A ello hay que sumar que las compañías que forman a sus trabajadores no agotan todo el dinero de que disponen para costear estas acciones. En concreto, el año pasado se dejaron sin utilizar casi 200 millones de euros, esto es, el 25% de lo que correspondía a las organizaciones a cambio de pagar la cuota formativa, un desembolso que abonan mensualmente los empresarios y los trabajadores en sus nóminas. El Ministerio de Empleo recaudó en 2014 un total de 1.800 millones de euros por este concepto y de esa cantidad, se utilizaron únicamente 786 millones. (información del periódico 5 Días.)
Reflexionando sobre el tema en cuestión, esto es debido a la cultura empresarial de este país, ya que en países de nuestro entorno no sucede lo reflejado en los datos mencionados anteriormente, ya que muy pocas veces se ha creído en que formar a los trabajadores es bueno, tanto para él como para la compañía, ya que serían mucho más competitivos. Pero lo más importante, que en el mundo que nos encontramos en plena era de internet, hay que renovarse y formarse, porque sino, los trabajadores se quedarán atrás, y claro está, los empresarios también.